
El
tratamiento puede tener un efecto profundo no solo sobre las personas
que abusan de las drogas, sino también sobre toda la sociedad, al
mejorar significativamente el funcionamiento social y psicológico,
disminuir la delincuencia y la violencia relacionadas con las drogas.
También puede aminorar espectacularmente los costos del abuso de droga
para la sociedad.
Las fases básicas del tratamiento:
El
tratamiento se puede resumir en términos de un proceso dinámico
secuencial o como un programa sistemático de tres fases relacionadas: .
Aceptar la impotencia de las drogas.
La primera meta del tratamiento, una vez pasada la desintoxicación y el proceso de evaluación diagnóstica, es ayudar al paciente a admitir y aceptar que es impotente ante las drogas que alteran el estado de ánimo. En esta fase se le ayuda a aceptar el hecho que su vida se ha vuelto incontrolable (ingobernable) a causa de la adicción.
Reconocer la necesidad de cambio
La
segunda meta del tratamiento es ayudar al paciente a reconocer que es
crucial para su sobrevivencia cambiar su conducta. En este momento
crítico, el equipo profesional necesita transmitir al paciente la
convicción de que el tiene la capacidad para hacer cambios. Otro aspecto
importante es ayudar al paciente a ver y entender que la estructura del
programa, la rutina básica para llevarlo a cabo, es el vehículo para
posteriormente lograr los cambios. El período de internamiento es de
tratamiento, la recuperación se logrará después, poniendo en práctica lo
que se aprendió en el programa. Se introduce al paciente al grupo de
autoayuda (Narcóticos Anónimos [NA]) como una herramienta esencial para
poder realizar el trabajo de su recuperación.
La tercera meta del tratamiento es ayudar al paciente a actuar, tomar decisiones y cambiar las conductas que necesitan ser cambiadas. La meta es apoyar al paciente a empezar a visualizar que podrá y necesitará realizar cambios en su estilo de vida.
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